¡Hola de nuevo! Hoy vuelvo para hablaros de una especialidad de la fisioterapia muy desconocida, como es la fisioterapia en las Artes Escénicas, y más concretamente, la fisioterapia de la música.
No nos extraña que un deportista que suela competir, sea del ámbito que sea (fútbol, tenis, atletismo…) tenga un entrenador personal, un fisioterapeuta, un nutricionista, un psicólogo/coach… A este deportista podemos compararlo, salvando las distancias, con un músico en muchos aspectos: está expuesto a movimientos repetidos, tensiones, exigencias físicas y mentales, práctica diaria, pruebas… ¿Por qué el músico no cuenta con estos profesionales en su día a día que le ayuden a evitar lesiones derivadas de su práctica? Esto es lo que queremos cambiar desde nuestro campo, la fisioterapia.
Normalmente, cuando se empieza a tocar un instrumento, se hace desde una temprana edad, sin que el niño reciba, en el conservatorio o escuela, casi ninguna información de la importancia de la postura a la hora de tocar, el calentamiento, el tamaño idóneo del instrumento, etc. La práctica de un instrumento requerirá horas de ensayo, y, con el paso del tiempo, una mala gestión de nuestro cuerpo a la hora de tocar, podrá desencadenar lesiones y desequilibrios corporales: tensiones musculares, dolores de cuello o espalda, tendinopatías, escoliosis, etc.
A la mayoría de músicos que conozco nunca se les ha enseñado ejercicios de calentamiento antes de tocar, estiramientos para después, pautas a la hora de trabajar con su instrumento… Esto es de gran importancia, ya que, comparando de nuevo un músico con un deportista profesional, este último sabe que si no sigue las pautas de su entrenador o fisioterapeuta con esos calentamientos y estiramientos, puede lesionarse. Un músico no tiene esta figura, y si sus pautas a la hora de ensayar no son las correctas, puede desembocar en una lesión que lo mantenga alejado de la práctica de su instrumento bastante tiempo, considerando su dolor “normal”, ya que “dedica muchas horas a ensayar”.
Cada instrumento, debido a la postura determinada empleada para tocar, generará unas lesiones características, que desde esta especialidad de la fisioterapia, pueden mejorarse y prevenirse, como es el caso de tendinopatías en instrumentos de cuerda como el violín, lesiones de la boca o mandíbula en instrumentos de viento, lesiones de muñeca en el piano, problemas lumbares en bateristas… Y el denominador común para todos, que suele ser el dolor de cuello o espalda, o molestias en los brazos. Para que el tratamiento sea efectivo, se debe analizar la postura del músico, analizar su gesto a la hora de tocar (será necesario que veamos cómo toca el instrumento para tener toda la información posible) y darle una serie de pautas y ejercicios para que el músico los haga en casa (esta es la parte más difícil, la de los “deberes”). Además de prevenir lesiones y mejorar el dolor, si ya existe, conseguiremos que el músico mejore su técnica a la hora de tocar, ya que sus movimientos serán menos forzados y más eficientes, y el sonido será más limpio.
Por eso, queremos aportar nuestro granito de arena y poner esta especialidad al alcance de los músicos, para que alguien les asesore y les ayude a prevenir las lesiones derivadas de la práctica del instrumento y puedan tocarlo durante mucho tiempo, porque, ¡qué triste sería la vida sin música!
¡Hasta la próxima!